domingo, 24 de octubre de 2010

Lavidayeasi: Indignación. capitulo 7º

Y había pasado un mes de la muerte de Mario y ahora se enfrentaba sola a la cruda realidad, sus hijos ya se habían reincorporado a su rutina, cada uno en una ciudad distinta por sus trabajos, Juan que era el menor, estaba mas cerca, a unos 80 k. por eso venia a casa algún fin de semana, compatia piso con un compañero de trabajo y cada vez que venia a casa se llevaba todo lo que su madre le cocinaba y asi el se arreglaba mejor con su economia.
Fueron dias duros los que se sucedieron despues del fatal suceso, pese a que el agente de seguros se molestó en facilitarle las cosas, fueron muchas las vuelta que tuvo que dar, menos mal que su hijo Alvaro estaba con ella para infundirle ánimo, resulta que toda la vida había estado construyendo un futuro con su marido y ahora que el no estaba, casi todo pasaba a ser de sus hijos, ellos renunciaron a todo en favor de su madre ¡¡ a todo !! como si ella tubiera algo....una casa por terminar de pagar, el coche y cuatro ahorros que se llevó hacienda y el notario junto con un abogado ¡¡ que ironia !! La autopsia de su marido dió como resultado que no se murió de accidente laboral, si no que le dió un derrame cerebral mientras trabajaba, he de ahí el moratón que tenia en la sien, era el derrame y no un golpe que le hubiera podido producir la muerte.
Cuando le llegó la noticia de su nueva paga de viuda, hubiera deseado mil veces haber sido ella la fallecida; ¡¡que injusticia !! toda la vida luchando para hacerse con un patrimonio y llegado este punto tenia que repartirlo con el gobierno, bueno repartirlo exactamente nó, el gobierno se quedaba con el 48% y ella con el 52%, como si el trabajo lo hubieran hecho a medias ¿ que haria ella con aquel dinero ? tendria que escoger entre pagar la hipoteca y la comunidad, que componian 10 casitas iguales, o comer y pagar los gastos que originan una casa.
Si hubiera sido al ravés, su marido seguiría cobrando lo mismo, sabia llevar una casa y podria ayudar a sus hijos y vivir sin privaciones, cosa a la que ella tendría que empezar a acostumbrarse y no sabia como.
Por si fuera poco quedarse sola, el gobierno de su pais la condenaba a vivir una vida llena de privaciones.

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